Para Amelia morir significa quedarse sin chocolate en la despensa, echarle al café sal en lugar de azúcar, correr hacia algún lugar con el tiempo justo y llegar tarde, que le sobre sal a la comida (si le falta, aún puede remediarse), que se le rompan las medias poco después de ponérselas, que se ponga a llover cuando tiene que hacer sol y que haga sol cuando tiene que llover, tener que salir de la cama sin su momento de amor. Es de esa clase de personas que intentan decir “Pamplona” mientras comen y no se imagina lo preciosa que está con los mofletes llenos de comida.
Sin embargo, para Luis morir es que Amelia no sonría al despertar, no verla a remojo en la bañera, llegar del trabajo y no tener su beso de consuelo, no poder amarla lo suficiente en las mañanas (porque eso a ambos les chafa el día) y estar demasiado cansado por la noche. Es de esos que cambian cuando el amor llega a sus vidas, de los que dejan de preocuparse por las cosas de la vida y se centran en aquello que les salva al llegar a casa, porque es de los que opina que se tiene una casa cuando se forma una familia.
Le encanta seguir la curvatura de la espalda de Amelia y sentir como ella tiene escalofríos, oler el aroma de su pelo todas y cada una de las noches, abrazarla fuerte cuando truena para que no tenga miedo y darle besos que saben a mermelada de fresa antes de irse a trabajar. A su vez, Amelia disfruta enredando sus manos en el pelo del pecho de Luis, recorriendo con su nariz fría la curva de su cadera y contando todos sus lunares. Adora que la bese detrás de la oreja cuando van a dormir, que sepa cual es el momento para tocarle el ombligo, hacer que a él se le erice el pelo de la nuca con un susurro y perderse en sábanas de seda siempre que les es posible.
Comparten vida, y juntos se complementan para distanciar aquellos momentos que les hacen morir, cada uno a su manera.
Querida Lorena, veo que su blog sigue en la linea del amor. Es algo increible ver unas letras tan dulces por estes lares y sentirse embriagado de este sentimiento. Espero que estas historias perduren y mantengan este look fenomenal.Un cordial saludo de su amigo Bosco.
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