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miércoles, 3 de noviembre de 2010

El pan de cada día

Para Amelia morir significa quedarse sin chocolate en la despensa, echarle al café sal en lugar de azúcar, correr hacia algún lugar con el tiempo justo y llegar tarde, que le sobre sal a la comida (si le falta, aún puede remediarse), que se le rompan las medias poco después de ponérselas, que se ponga a llover cuando tiene que hacer sol y que haga sol cuando tiene que llover, tener que salir de la cama sin su momento de amor. Es de esa clase de personas que intentan decir “Pamplona” mientras comen y no se imagina lo preciosa que está con los mofletes llenos de comida.
Sin embargo, para Luis morir es que Amelia no sonría al despertar, no verla a remojo en la bañera, llegar del trabajo y no tener su beso de consuelo, no poder amarla lo suficiente en las mañanas (porque eso a ambos les chafa el día) y estar demasiado cansado por la noche. Es de esos que cambian cuando el amor llega a sus vidas, de los que dejan de preocuparse por las cosas de la vida y se centran en aquello que les salva al llegar a casa, porque es de los que opina que se tiene una casa cuando se forma una familia.
Le encanta seguir la curvatura de la espalda de Amelia y sentir como ella tiene escalofríos, oler el aroma de su pelo todas y cada una de las noches, abrazarla fuerte cuando truena para que no tenga miedo y darle besos que saben a mermelada de fresa antes de irse a trabajar. A su vez, Amelia disfruta enredando sus manos en el pelo del pecho de Luis, recorriendo con su nariz fría la curva de su cadera y contando todos sus lunares. Adora que la bese detrás de la oreja cuando van a dormir, que sepa cual es el momento para tocarle el ombligo, hacer que a él se le erice el pelo de la nuca con un susurro y perderse en sábanas de seda siempre que les es posible.

Comparten vida, y juntos se complementan para distanciar aquellos momentos que les hacen morir, cada uno a su manera.

1 comentario:

  1. Querida Lorena, veo que su blog sigue en la linea del amor. Es algo increible ver unas letras tan dulces por estes lares y sentirse embriagado de este sentimiento. Espero que estas historias perduren y mantengan este look fenomenal.Un cordial saludo de su amigo Bosco.

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