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martes, 30 de noviembre de 2010

Algo tan puro como la nieve.

Me encanta salir cuando nieva simplemente por verla radiante. Se pone sus botas de goma, su gorro de lana y sale corriendo al frío. Enseguida se le pone la nariz como un tomate pero no le importa porque le gusta sentir el frío puliendo su piel, dice que las arrugas que empiezan a aparecer quizá se hagan más pequeñas. Yo, calado de frío hasta los huesos, la observo escribir mensajes en la nieve, tirarme bolas de nieve e ilusionarse con lo bello del paisaje.
Recuerdo que la primera vez que nevó siendo novios; estaba en el hospital y ella apareció corriendo en la habitación con el mismo gorro, las mismas botas y la misma nariz enrojecida. Tenía algo en las manos chorreando y una sonrisa inmensa en la cara, estaba tan bella…

- Maldita calefacción de hospital… ¡Vamos Luis, abre mis manos!

Bonito, ¿no?

Y lo hice; allí estaba un perfecto corazón descansando sobre sus manos doloridas por el frío de la nieve. Desde entonces cuando nieva no puedo evitar recordar aquel día. Me entregó su amor, ¿qué si no? Una amante de la nieve no podía escoger otra manera para hacerlo.


1 comentario:

  1. El amor es como la nieve, puro y perfecto al principio pero con el tiempo se ensucia y descompone..

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