Cuando era pequeña solía escribir. Mi madre y yo siempre teníamos esa conversación:
-Amelia, ¿sobre qué escribes?
-Sobre cualquier cosa.
-¿Y a quién le escribes?
-Al que en un futuro tenga mi corazón, por si quiere saber que le estaba esperando incluso antes de que él llegara.
A veces no soporto ni los rayos del Sol, es cierto. Sin embargo son esas veces en la que estoy en la cama, hundida, y tú llegas, me abrazas y das vueltas con tus dedos alrededor de mi ombligo. Entonces parece que con esa caricia el tiempo se para y todo me da igual, mientras sienta ese cosquilleo nada puede dañarme.
Es por esos instantes que ahora estoy escribiendo otra vez, porque tú trabajas Luis y yo necesito que tus dedos den vueltas en mi ombligo. Porque a veces necesitas marearte y vomitar para quedarte a gusto y tú siempre has sido la persona que me sujeta el pelo para que no me salpique.
Bonita historia de amor. Creo que todas hemos pensado escribir esas cosas alguna vez, ¡maldito deseo inconformista!
ResponderEliminarY ahora voy a presentarte una iniciativa que quizás te interese: se ha creado recientemente un blog en el que los pequeños blogs pueden darse a conocer. Con pequeños blogs me refiero a blogs con menos de 50 seguidores. Participar es muy fácil, simplemente entra en la dirección http://elsemillerodeblogs.blogspot.com/ y sigue los pasos que en ella se explican.
Anímate y participa! No cuesta nada.
Un saludo, Pía Baroja.