Entró en casa y sólo se escuchaba el silencio, le dio mala espina y recorrió toda la casa tratando de encontrarla. En la habitación, sobre la cama, una carta llevaba su nombre.
“ Querido Edric:
No, no te he abandonado, sabes que sería incapaz; sin embargo me veo en el deber de dejarte tu espacio, aunque sea por unas horas. Ha llegado un punto en el que siento que necesito verte a mi lado todas las mañanas, ver tu sonrisa cuando llegas del trabajo y nos reencontramos, sentir tus caricias mientras lees el periódico en el sofá… Ha llegado ese momento y yo necesito ponerme a prueba.
Te preguntarás que tiene todo eso de malo. Nada, por supuesto, pero he de intentar dar el paso. Quiero que se me clave tan dentro no tenerte que me duela y así, quizá, pueda decirte que te quiero todas las veces que tú te mereces.
Volveré. Probablemente en cuanto cruce la puerta ya me haya arrepentido así que espero que pronto vuelva a estrecharte entre mis brazos. Sí, será pronto, muy pronto; ya sabes que no soporto pasar la noche alejada de ti. ”
Se guardó la carta en el bolsillo de la chaqueta y miró por la ventana, llovía demasiado así que agarró el paraguas y fue corriendo hasta la puerta. Se la encontró empapada de pies a cabeza.
-¡Nayla! ¿Dónde has estado?
-Te quiero. – dijo tiritando – Te quiero Edric.
Nay había salido en plena tormenta para conseguir decirle que le quería, a pesar de demostrárselo continuamente. La cogió en brazos y la llevó hasta el sofá donde la tapó de pies a cabeza.
-¿Por qué lo has hecho?
-Necesitaba decírtelo, tú te lo mereces.
-Te lo agradezco, y mucho, pero me lo demuestras todos los días. No había necesidad de irse a quién sabe dónde.
-En realidad estaba en un banco del parque desde el que veo perfectamente el edificio. Llevo allí varias horas y en cuanto te vi entrar me entristecí por no estar en casa para darte la bienvenida. Lo siento cariño, de verdad.
-Eres adorable. Ahora que ya estamos juntos… Por favor, dímelo otra vez.
-Te quiero Edric.
Me sorprende la actitud de tu protagonista que en vez de disfrutar y hacer más fidedigno y recordabñle sus momentos para el futuro, prefiere autoinfringirse una ausencia para sentir tristeza y dolor, me encanta que trates en cortos relatos estas cosas que muchos enaltecen como el masoquizmo. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarSaca un libro por favorr...me encanta como escribes!! =]
ResponderEliminarSe nos ve bien dices? se nos veia bien!! jajaja el cogote de esa foto pertenece al señor Rubén! Que con todos los lios de mi rodilla no te he contado lo de él..ya te contare por privi del fotolog!!
Sigue escribiendo asi tia, eres fabulosa!
muackssss♥