- ¿Qué fue lo que te enamoró de mí? – le preguntó Amelia mientras desayunaban.
- Tus detalles.
- ¿Cómo cuáles? – arrugó la nariz mientras quitaba el papel a una magdalena.
- Precisamente cosas como esta; te concentras para quitarle el papel a mis magdalenas y sin embargo luego tú te comes una tostada. – Luis sabía la importancia que le daba ella a las cosas pequeñas.
- ¿Y si yo no le quitase el papel a tus magdalenas? ¿Seguirías enamorado de mí entonces?
- Sí, sin ninguna duda. El día que nos conocimos no le habías quitado el papel a mis magdalenas y sin embargo algo en ti me decía que no debía dejarte marchar.
Desayunaron entre arrumacos, recogieron la mesa y salieron a comprar, paraguas en mano.
- ¿Crees que pronto será?
- Seguro, tienes unos ojos de mamá inconfundibles.
Seguro que cuando se conocieron,aunque Amelia no hubiese quitado el papel de las magdalenas, Luis se fijó en otro detalle de ella y por eso supo que no tenía que dejarla marchar.
ResponderEliminarMe encantan Luis y Amelia :)
ResponderEliminarPD: y las magdalenas :D
un besote muy grande!! y a ver si llegan pronto las vacaciones :) qué ganas!! poder echarle la lengua al tiempo jejeje :) feliz día :)
Que tierno :)
ResponderEliminarEs preciosa esta entrada, muy dulce :)
ResponderEliminarLas pequeñas cosas a veces son las más importantes, qué pena que apenas las valoremos.
ResponderEliminarun beso bonita :)