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miércoles, 31 de agosto de 2011

Era todo y más.

Se sentía sin fuerzas pero Hermes necesitaba comer. Se puso una camiseta cualquiera y unos vaqueros que, meses atrás, le hubiesen quedado como un guante. Había perdido demasiado peso y demasiados ánimos, de modo que ahora sólo era un saquito de huesos y pena. Marlene se disponía a salir cuando alguien llamó a la puerta.

- Buenos días – dijo aquel repartidor repasándola de pies a cabeza – ¿Marlene?
- Sí, soy yo.
- Pues si eres tan amable de firmar aquí…

Con curiosidad firmó y volvió a cerrar la puerta cuando tuvo en sus manos aquel paquete. Días atrás otro repartidor diferente había traído una caja de bombones. Lo observó con detenimiento y vio que tenía un sobre pegado por fuera, así que pensó que quizá aclarase de algún modo toda aquella locura.

“Era todo, y era más… Tú eras el infinito”

En el interior de una cajita se encontró con un barco de papel con la misma frase. Lejos de aclarar algo, no supo por qué pero se le asomó una lágrima. Ya no le apetecía salir, así que le cortó un poco de fruta a Hermes, estaba segura que le gustaba más que aquella rancia comida de pájaros que vendían en la tienda de la esquina.
Pasaron las horas y aquel barco seguía dando vueltas entre los dedos de Marlene mientras que, en su mente, sólo había una pregunta… ¿Por qué?
Más en: Marlene

Hago un inciso en la temática del blog para agradecer a Lil (podeis echar un vistazo en: Nube Cometa) el premio que me dio en su blog. Siempre es un placer que te agradezcan de esta manera pasarse por el blog y comentar, porque aunque parezca que no... Sí, queremos saber las opiniones de las personas que nos leen. ¡Un beso linda!

1 comentario:

  1. Muchas gracias Lorena!! :)
    A mí, me encantan tus historias!! Y los barquitos de papel, y el nombre de Hermes! :)
    Un beso muy grande!!! :)

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