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martes, 14 de diciembre de 2010

Me estás volviendo loco...

Dos meses han pasado desde la última vez; me pareció ver su silueta una mañana pero preferí no martirizarme. ¿Dónde estás Antonia? Ninguna consigue hacerme sentir como tú, ninguna por muy espectacular que sea. Hoy es día catorce, me toca llamar a Tamara pero ni siquiera tengo ganas. Ni sus dientes blancos ni sus labios rojos, ni su nariz perfecta ni su melena de rizos de carbón, nada puede hacerme suspirar tanto como cuando mi despertador sonaba a la hora exacta. Marco los números de manera pesada y escucho su voz al otro lado del teléfono:

- ¡Tomás! Día catorce, ¿Dónde?
- Donde siempre preciosa, en mi casa dentro de una hora.
- Allí estaré.

Quizá debería arreglar un poco la casa, no me gustaría que sospechase nada de la juerga de anoche… Y sin darme cuenta ya había sonado el timbre.

- Pasa Tamara.
- ¿Por qué nunca me invitas el catorce de febrero? Es casi como cualquier otro mes. – Dice con su sonrisa tímida, siempre tonteando con la misma broma.
- Sabes que tengo muchas cosas que hacer... Anda ven que hoy te toca mimarme un poco.
- ¿Qué quieres exactamente?
- Tu calor, tu cuerpo, tus ganas...

 

Y me tumbó en la cama y me recorrió entero, a pesar de que yo sólo podía imaginarme las manos de Antonia. Me hundí en sus calores y no pensé, sólo actué como un animal ávido de aquello que le han quitado.

1 comentario:

  1. Que bien encontrar a alguien conocido por aqui :)
    te sigo yo tambien!

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