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jueves, 6 de enero de 2011

Si la abuela supiera...

Hoy era un buen día, al menos eso se empeñaba en pensar. Su marido se jubilaría dentro de relativamente poco y eso supondría volver a tener tiempo juntos.
Se acordó de cuando se conocieron; él tenía uno de esos bigotes que estaban tan de moda en aquella época – sonrió al pensarlo – y ella, el rosario de su abuela colgado al cuello. Marcelina le había dicho “Antoñita, hija, como nieta mía que eres tienes que encomendarle tu vida a Dios hasta que el hombre correcto pida tu mano a tu padre”. Pobre abuela, que cuando llegó José con esos ojitos y la subió al pajar quedó grabado el rosario en sus carnes de rodar entre la paja, sin pedirle la mano a su padre ni nada. Si su abuela supiera…
Ojalá la jubilación de José les traiga otra vez tiempos como aquellos, aunque sin bigotes.

6 comentarios:

  1. Me encanta el olor de la paja! huele genial! a campo :)

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  2. Los que más recuerdo son los de Amelia y Luis, pero mañana releo y voto :) besotessss :) y oye, aunque seamos pocos lectores, valemos muuuucho:)))) jeje :))

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  3. Tú también vales un Potosí!! :)) jeje un besoteeee:)))

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  4. Muchas veces el impetu juvenil se antecede a los protocolos

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  5. El olor de las cosas que se hacían antes...

    Saludos y un abrazo.

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  6. tranquila con la chica del flog colorinycolorado hable ayer y me ha dicho que siente mucho haber colgado algunos textos mios sin referencia, dice que en todos los demás procura ponerlo y tal así que con ella ya está arreglado ^^

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