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miércoles, 9 de noviembre de 2011

Deseos de cosas imposibles.


Quise mantener en el tiempo esa mirada pero no pude, supongo que las cosas bonitas están hechas para no durar. No voy a marcar tu teléfono ni a oler la poca ropa que dejaste aquí, me niego. Demasiadas veces todo eso no ha servido para nada y esta no va a ser una excepción. ¿Quién sabe? Puede que dentro de un tiempo vuelvas a asomarte por aquí y yo como siempre te reciba con una tostada y dos besos, porque al fin y al cabo todo el mundo sabe que el mejor sitio para la mermelada es tu piel.
Siempre te vas y siempre vuelves, como si supieses que me he quedado aquí esperándote día tras día, como si tuvieras la seguridad de que siempre dejo la puerta entreabierta por si acaso, como si te imaginaras que todas las mañanas preparo desayuno para dos y que tu sitio jamás lo ocupará nadie por mucho tiempo que lo dejes vacío. Pero por una vez me voy a permitir soñar que no, que no vas a volver, y así cuando vuelvas quizá me veas distinta y quieras quedarte.

1 comentario:

  1. El pasado está hecho para dejarlo en el recuerdo.

    Lo malo es cuando el recuerdo se empecina en regresar, y regresar, y regresar...

    Saludos

    J.

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