Visitas

miércoles, 4 de mayo de 2011

Rutina y cine.

¿Cuántos habéis tenido esa sensación de que vuestro cuerpo está vacío y vuestra alma se ha quedado en alguna parte pasada de vuestras vidas? Supongo que ya es pura costumbre ponerme a hablar como si alguien me escuchara, como si un plural fuese a contestar a mis propias preguntas.

Me siento frente a la ventana del salón y rozo levemente la cortina con un dedo mientras escucho de fondo esa película subida de tono que siempre está en mi DVD. ¿Cuánto hace que no miro al exterior? Demasiado tiempo. El baño se ha convertido en un lugar prohibido para asomarse a la calle. Me decido y desplazo la cortina, a fin de cuentas no voy a ver su ventana desde esta habitación. Todo sigue igual que hace tanto tiempo, los mismos transeúntes, el mismo bar vacío.

Vuelvo al sofá y trato de concentrarme en la película. Una rubia está con un tío entrado en años, puede que hasta se atraigan mutuamente, es el típico Richard Gere con la típica jovencita despampanante. Poco a poco empiezo a notar el efecto de este tipo de cine, los pantalones me aprietan, mi respiración se entrecorta y siento unas ganas irrefrenables de acercarme a la televisión. Se escucha el sonido de los botones al desabrocharse y comienzo… Que rutinario es todo sin ti, Antonia.

3 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho la entrada, os seguiré!
    Sobre todo la última parte jaja

    ResponderEliminar
  2. Uf, como echa de menos a Antonia.. pero no debe encerrarse tanto en sí mismo, seguramente se está perdiendo tantas cosas..

    ResponderEliminar